jueves, 31 de mayo de 2012

Trípode plegable para poner al fuego la pava o la olla



Este trípode lo vi en la red y decidí copiarlo. Me ayudaron alumnos de la E.E.S.T.Nº3 y la verdad que es muy práctico para campamentos estables.Y acá mi hijo haciendo el matecocido en una lata de conservas y un trípode de cañas



Y acá mi hijo haciendo el matecocido en una lata de conservas y un trípode de cañas



No solo se puede hacer pollo al disco... acá unos bifes y luego con la tapa puesta pan casero con apio, queso Rokefort, aceitunas y nueces.
Esto último a cargo de mi esposa.

Focacha le llama ella

Mas detalles del artefacto:





VIKINGO


viernes, 18 de mayo de 2012

Morral artesanal


Este morral lo confeccioné con cuero para la bolsa y la correa y utilicé  suela gruesa para hacer las dos hebillas las dos hebillas.
En él caben algunos artículos survivaleros para salir al campo y a diario la netbook para andar por la urbe.
Está totalmente pegado y cosido a mano.












VIKINGO

miércoles, 16 de mayo de 2012

Mis 40 Pirulos


En esta ruta que andamos y llamamos vida, llena de curvas, subidas y bajadas…
He tenido oportunidad de transitarla dichosamente.
Todos suponemos que los 40 es un momento de crisis o de sopesar y balancear que ha hecho uno en esta ruta y en tantos kilómetros.
En mi caso fue y sigue siendo un constante aprendizaje que debo agradecer principalmente a esos compañeros de ruta.
Algunos de toda la vida y otros hace apenas unos kilómetros, pero todos dejan en mi ser, plasmada una indeleble marca de una manera u otra.
Nadie nace esposo.
Nadie nace padre.
Nadie nace amigo.
Me tomó 40 años recorrer intrincados caminos con viento, lluvia, granizo, sol, luna, frío, calor … para llegar a ser : Un poquito del esposo que debería… Un poquito del padre que debería… Y un poquito del amigo que debería…
Sigo aprendiendo y cada día estoy y mas agradecido a esta VIDA/ RUTA que me eligió a mí y no al revés.
Cumplir cuarenta es empezar a tener que elegir más que antes. Donde uno tiene que mostrar quién es y dejarse de joder. Elegir a quién quiere y para qué. Elegir a qué va a dedicar sus talentos. Elegir qué cosas vas a intentar hacer y cuales vas a tolerar dejar en el camino.
Cumplir cuarenta es encontrarle la punta al ovillo, desenmarañar el caos, entender qué figura se estuvo armando en tantos frentes dispersos, dar un paso integrador fundamental, que aporta velocidad, ligereza, alivio, felicidad.
Si, es verdad que el tiempo deja su huella…
Los kilos se acumulan en la barriga…
Las arrugas en los ojos…
Cuesta mucho mas recuperarse si jugás a la pelota con tus hijos…
Las chicas guapas te tratan de usted…
Y todas esas facturas ineludibles que nos trae el tiempo.
Pero que quieren que les diga…
Hoy para mí, cumplir años es estar curtido como un animal salvaje que vivió lo suficiente como para demostrar que no fue un accidente de la naturaleza sino un logro.
Cumplir cuarenta gente querida, se siente de maravilla!!!
Gracias Familia.
Gracias Amigos.
                        VIKINGO

De perros, motos y café


La moto es uno de los medios de transporte a motor más antiguos que existen desde que se inventó el motor de combustión interna, tal como lo conocemos hoy en día. Y no se necesitó de mucha tecnología para que las bicicletas del siglo XIX pasaran a tener motores que evitaran “pedalear”... Pero con el transcurso del tiempo, su rol cambió.

Desde comienzos del siglo XX, la moto comenzó a convertirse en una forma alternativa de disfrutar la vida. Los primeros “viajeros” no contaron con la comodidad de las motos de hoy, pero todos, desde el comienzo, salieron a la ruta con el único fin de “oler el viento”.

Quienes nunca tuvieron una moto suelen mirarnos a los motociclistas como quien mira a un “demente”. Las preguntas sobre lo “peligroso que es andar en moto y porqué lo hacemos” son moneda frecuente. Pero como todo en la vida, eso tiene otra visión: para todo motociclista, la moto es una pasión… y esa pasión se refleja en todo… hasta en una mesa de café.

Por lo general, un motociclista es una persona extremadamente “apasionada” a la hora de hablar de su moto. Si no has tenido nunca una, te recomiendo no te sientes en una mesa rodeada de motociclistas porque tu tranquilidad mental correrá serio peligro al escuchar largas conversaciones sobre motores, suspensiones, viajes, rutas y otras cosas similares, que solo pueden ser interrumpidas por quien posea un motor más potente o haya hecho un viaje más largo. 

Seamos realistas, cuando nos juntamos a “hablar de motos”, somos insoportables para los demás mortales.
Pero lamentablemente para todos, cada día somos más difíciles de identificar en forma preventiva, y ello hace que la “profilaxis anti-monólogos”, sea difícil hoy en día.

Antes, la cosa era más fácil. Pelo y barba largos, campera de cuero, un jean muy roto y lleno de grasa… ¡y ya está!, cualquiera podía identificar perfectamente a un motociclista y evitar su tediosa charla sobre “la importancia del cable del acelerador”. Pero ahora la cosa ha cambiado mucho... 
Hoy en día, un motociclista se encuentra bajo un camouflage que, en muchos casos, lo hace difícil de identificar. Y una vez en la mesa, deberás escuchar largos relatos sobre un viaje “por la ruta cuarenta” mientras te preguntas “¿dónde queda esa ruta?”.

¿Y porqué ocurre esto? Sencillamente, porque el Motociclista de la actualidad no responde a ese patrón físico que nos llegó de la mano de Hollywood. El “Motero”, Motoquero, o como te guste llamarnos, es una persona (hombre o mujer) que ha elegido a la moto como un medio de vida. Sí, leíste bien, dice “medio de vida” y no “de transporte”. El motociclista actual, en la semana, es un profesional, empresario, estudiante o un empleado común y corriente, que los fines de semana disfruta de algo que ningún automovilista disfrutó nunca: El viento en la cara.


Las motos han cambiado. Ya no son las “regadoras de aceite” de fines de la Segunda Guerra Mundial. Una moto actual es una pieza de muy alta tecnología diseñada específicamente para entregar el 100% de satisfacción a su propietario. Y esos “propietarios” las adoran mucho más que… este... bueno… Seamos francos, las adoramos “demasiado” en algunos casos.

Hay una vieja frase que dice que los únicos que comprenden a los motociclistas son los perros que alguna vez han sacado la cabeza por la ventanilla del auto. ¿Nunca los viste?, ¿viste la cara de felicidad de un perro cuando hace eso? Pues tiene la cara al viento como un motociclista… y eso no se le puede contar a alguien, solo puede ser vivido para comprenderlo.

Pero volviendo al tema de “Cómo protegerse de un motociclista en la mesa”, te cuento que debido a que el “motero” actual es médico, ingeniero o de la profesión que se te ocurra (debo confesarlo: hay abogados también), esa persona, en la semana, se disfraza de “normal” para cumplir su trabajo. Pero por debajo de la piel de esa “persona normal”, una enfermedad incontrolable se mantiene latente. Una especie de fiebre comienza a apoderarse de él el día jueves… Y cuando llega el viernes comienza a despojarse de sus tareas habituales y a pensar solamente “en eso”…

Si piensas que “la moto” es una adicción o una enfermedad… Bueno, nadie dijo que no lo fuera… Pero, seguramente, es incurable.

Y llega el sábado… y con él, la oportunidad para salir a “pasear un rato”. ¡Y cualquier excusa es buena! Desde la muy utilizada “encontré una parrillita nueva en el kilómetro 94 y medio de la ruta 3580”, hasta la de “el sábado es para salir con los amigos, el domingo para la familia”.

Pero ambas son mentira. Son crueles mentiras inventadas por nosotros, los motociclistas, para poder estar “con ella”. Para poder salir a la ruta con nuestros cascos bajo el sol, disfrutando en pareja con ella… mmm… ¡atención esposas!

He visto motociclistas que han viajado medio planeta para poder recorrer la Ruta Nacional
40 de Argentina. Motociclistas que han salido desde Buenos Aires y han ido “a dar una vuelta” hasta Canadá… o los que se van “hasta Ushuaia” o a Machu Picchu. 
Y no son pocos. Son muchos más de los que puedes imaginar, porque la moto te invita a viajar, a conocer nuevos lugares… a sentirte libre.

Te asombraría saber que en Argentina tal vez la vertiente de turismo interior más fuerte sea el moto-turismo. 
Todos los fines de semana, cerca de un cuarto de millón de “moteros” viajan a algún lado “a pasear un poco”. Y en el verano, los viajes se multiplican. 
Pero siempre, el motivo es el mismo: salir a disfrutar de la ruta y el paisaje con el viento en la cara.

Incluso te asombraría saber cuan distinto se ve nuestro hermoso país desde una moto, si lo comparamos con un auto. Pero eso puede ser tema para otro día…

Hoy el tema es contarte porqué no es lo mismo “la moto” que un buen auto o una 4x4… Que conozcas un poco a estos “locos” que viajamos disfrutando del sol y aceptando la lluvia, sólo por el placer de estar en la ruta… De viajar sobre nuestra moto oliendo el viento.

Y la próxima vez que vayas en tu auto y cruces a un solitario viajero o a un grupo de ellos… no los mires como a locos. No pienses que son “peligrosos vagabundos sin trabajo” que han salido a hacer de las suyas… Recuerda a tu perro (o alguno que hayas visto) cuando saca la cabeza por la ventanilla. Recuerda que seguramente habrás comentado para ti mismo “qué cara de felicidad la de ese perro” o le habrás dicho a quien estaba contigo “¡mirá el perro, qué feliz que es sacando la cabeza!”… Y comprenderás porqué amamos a nuestras motos.

Porque son lo que nos permite ser felices disfrutando de la ruta. No importa cual. Lo importante es la ruta y la libertad, porque son el medio para lograr la felicidad…Y no importa el sexo ni la condición social. El viento nos da en la cara a todos por igual (como a los perros).

Pero te recomiendo que evites las mesas de café. Pues, aparte de incurable, es muy contagioso.

Escrito originalmente por Mateo en la revista Biker Zone en su columna La Esquina del Viento.

VIKINGO

No te envidio


La luz de mi faro se refleja en el negro fondo del asfalto, las líneas apenas se ven y no se distingue bien donde termina la carretera y comienza el campo. Más de seis horas lloviendo y hace ya rato que cayó la noche. Con el casco abierto, las gafas empañadas y sin ningún tipo de impermeable, atravesar cada kilómetro se está convirtiendo en una auténtica obra de malabarismo. Los coches que vienen de frente me deslumbran, convirtiendo los cristales de las gafas en una enorme bola de luz blanca que no me deja ver tan siquiera mi jodida y enorme nariz. El viento sopla a rachas y cada empujón me hace cambiar de carril o ver demasiado cerca la cuneta. Los camiones se cruzan a una velocidad que se me antoja espantosa, lanzándome a la cara un buen puñado de agua y barro. El cuerpo está completamente empapado, y probablemente, ya me hayan crecido nenúfares en las bolas. Mis ruedas no están en perfectas condiciones y esto, es sólo una forma elegante de decir que si le quieres ver el dibujo, se lo tendrás que pintar con un rotulador. En estas condiciones cada curva me hace apretar el culo y soñar con que ya la he atravesado. Cada línea pintada en el asfalto con esa "pintura antideslizante" supone una corta pero acojonante derrapada que, afortunadamente, suele terminar cuando de nuevo piso el negro y gastado asfalto.
A la máquina, sin embargo, parece no afectarle nada y la muy cabrona responde mejor mientras más difícil se lo pones. Charcos, baches, agua, viento, se los pasa por en medio de sus enormes cilindros al tiempo que me ruge gritando, "habré más si quieres, por mí no hay problema". Qué "jodia puta" está hecha, luego cuando no hay ningún problema se para por cualquier pijada. Pero bueno, al fin y al cabo, si ella lo puede aguantar, yo también.
Diez mil gotas de agua en el depósito de la máquina y los temblorosos retrovisores reflejan una ráfaga de luz blanca. Un enorme carro viene a todo carajo por detrás y supongo que debo de molestarle. Pues nada compadre, pasa pronto y que te den por el culo. Poco a poco se pone a mi altura y un rápido vistazo al interior me muestra un mundo completamente distinto al que yo estoy viviendo. En el carro viaja un tipo sólo, aproximadamente de mi edad que, bien vestido y cómodamente sentado en la tapicería de cuero, se entretiene en cambiar de emisora mientras fuma un cigarrillo. Supongo que con el botón de la calefacción a tope y mientras me mira de reojo, debe de andar pensando "pobre desgraciado". Pasa rápido dejando una enorme estela de agua mezclada con barro y piedrecitas de la carretera que no se cortan un pelo a la hora de estrellarse contra, mi ya insensible, cara.
Ya casi no veo las luces traseras del coche, pero hay una idea que me sigue rondando la cabeza. "NO TE ENVIDIO, TIO", y la verdad es que ni siquiera sé porqué, pero la verdad es que no te envidio. Supongo que quizás me haya entrado agua por los oídos y eso esté afectando a mi capacidad de raciocinio. Porque lo cierto es que motivos no me faltan, al menos en este momento. Comparar mi incómoda situación con el confort que te rodea debería ser bastante para envidiar a alguien, pero sin embargo y siéndote sincero, me importas un puto pijo tú y tu lujoso carro. Es más, no conseguirías que me cambiase por tí, ni aunque me mataras. Supongo que nada de esto tiene ninguna lógica y que, una vez más, demuestra que todo este mundo quizás, en el fondo, no tenga sentido. Pero a pesar de todo, y mientras más lo pienso más convencido estoy, probablemente no sabría explicar bien porqué, o quizás sencillamente no exista explicación, pero me gusta estar aquí. Con el careto jodido, muerto de frío, completamente empapado y acojonado pensando si saldré de la próxima curva. Pero eso sí, rodando, cuando quiero, por donde me sale de los cojones y sabiendo que no hay agua, frío ni calor que me bajen de mi sueño negro, de mi bestia de metal. Sabiendo que mientras haya carretera pienso estar ahí para pisarla.

Esto fué escrito originalmente por Mateo  en la revista españoñola Biker Zone en su artículo La Esquina del viento.No puedo dejar de leer sus artículos y quería compartirlo. 

Escrito por Mateo en la columna La Esquina del Viento de la revista Biker Zone

VIKINGO

Algunas palabras que me representan


"Si hoy fuese el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy? y si la respuesta era no durante demasiados días seguidos, sabía que necesitaba cambiar algo."
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Conserva lo que tienes..... olvida lo que te duele..... lucha por lo que quieres... valora lo que posees....perdona a los que te hieren y disfruta a los que te aman. Nos pasamos la vida esperando que pase algo... y lo único que pasa es la vida, no entendemos el valor de los momentos, hasta que se han convertido en recuerdos. Por eso, haz lo que quieras hacer, antes de que se convierta en lo que te "gustaría" haber hecho. No hagas de tu vida un borrador, tal vez no tengas tiempo de pasarlo en limpio.......y nunca es tarde para empezar!


VIKINGO

Querido Paquete


Supongo que te extrañará que te escriba una carta, sobre todo teniendo en cuenta lo cerca que solemos estar siempre y lo fácil que sería simplemente decirte lo que estoy pensando. Pero eso es algo que, al final, nunca hago y no quiero dejar pasar esta oportunidad de contarte unas cuantas cosas de las que, de vez en cuando, me dan vueltas por la cabeza.
Tu dices que siempre me estoy quejando pero debes reconocer que, algo de razón tengo. Me quejo cuando te quedas dormida a la vuelta de todos los viajes y me lo haces notar a base de cabezazos en mi casco, me quejo cuando te empeñas en meter, en las viejas alforjas, equipaje como si te fueses para siempre. Me quejo cuando me obligas a parar, porque te mueres de hambre o no soportas ni cinco minutos más sin entrar al servicio. Te monto la bronca cuando en plena tumbada te da por moverte, simplemente, por que te pica el culo. Reconoce que tengo motivos para quejarme cada vez que veo el horroroso asiento trasero que tengo que llevar para que tu lindo trasero no sufra en los viajes largos. Me quejo, protesto y siempre estoy refunfuñando y tú sabes que, algo de razón, sí que tengo.
Pero, no todo pueden ser quejas y aunque cada vez que haces algo mal te lo digo, me cuesta un "güevo" reconocer las cosas que haces bien. ¿Cuántas veces decimos con un poco de desprecio la frase: "Ha venido de paquete"? ¿Por qué no les damos el valor que realmente se merecen, a todos/as aquellos/as que normalmente viajan en la parte trasera de nuestras monturas? Creo que cualquiera que haya rulado sobre dos ruedas durante algún tiempo, sabe perfectamente que un buen paquete es en realidad un COPILOTO. ¿Acaso no tumban con nosotros?, ¿No trazan las curvas?, ¿No pasan frío en invierno y se mojan cuando llueve?, ¿Acaso no corren menos peligro si te tragas una curva? Pues, a pesar de todo esto, aún hay quien se atreve a decir que no son bikers de primera fila.
Tus pequeñas manos se agarran fuerte a mi cintura y sé que estás ahí. Todo va bien. Controlas la gasolina que nos queda, los kilómetros que llevamos, en que cruce deberíamos de girar y cuantas pelas llevamos gastadas en sopa. Conoces tan bien como yo el sonido de nuestra máquina, sus vibraciones, sus necesidades y sus reacciones. Sabes perfectamente cuando le estoy apretando más de la cuenta o cuando entramos en una curva un poco pasados.
¿Cuántas veces, en marcha, me has puesto bien el pañuelo para que no me entre frío en el cuello?, ¿cuántos kilómetros has pasado hablándome al oído por que sabes que me estoy durmiendo?, ¿cuántas horas en la cuneta a mi lado mientras hurgo en las entrañas de la máquina intentando encontrar la estúpida avería que nos ha parado?
Sé que la imagen de siempre es la del piloto solo con su máquina devorando kilómetros, pero yo tengo que reconocer que mi hierro ya no es sólo mío, sino nuestro. Todos esos kilómetros recorridos, esfuerzos económicos y horas de dedicación te han dado derecho a ser, en parte, dueña de mi sueño.
Se que hay miles de "paquetes" como tú, casi uno por cada motero. Algunos de ellos lo son por que no tienen más remedio que joderse hasta que consigan su propia máquina. Para ellos mis palabras de ánimo y aliento. Suele ser difícil conseguirla pero siempre vale la pena y, sobre todo, ten en cuenta que mientras más trabajo te ha costado conseguirla más la apreciarás. Pero hay otro número muy importante de paquetes que lo son por gusto. No aspiran a tener otra moto, ya tienen una, aunque sólo les correspondan los cuartos traseros. Y es a tí y a todos estos paquetes a los que hoy quiero mandar mis RAFAGAS. Gracias por estar ahí. Gracias por ser lo que sois y no dejéis que nadie os quite nunca vuestra categoría de COPILOTOS.

Escrito originalmente por Mateo en la revista Biker Zone, en su columna La Esquina del Viento.

VIKINGO

Soy Motociclista


Porque NO me interesa viajar aislado dentro de una caja de metal y vidrio.
Porque me gusta darle la cara al viento y a la lluvia, al frio y al calor, sentir el olor a la tierra mojada inundándome las narices, amigarme con los elementos antes que ningunearlos.
Porque me gusta desafiar la vida jugándole palmo a palmo y ganarme mi derecho a estar vivo en cada momento y en cada lugar. Sin esconderme vanamente de mi destino, sin tapujos inútiles y engañosos. Sin airbags que me sirvan de amuletos contra la muerte. La Muerte se transforma en un factor con el que puedo negociar, y deja de ser la fantasmagorica sombra persecutoria que me sigue para cobrarme el pellejo. Puedo dialogar con ella, pero si le huyo no podré más que escapar hasta que me atrape.
Porque si no fuese un rebelde nato sería un cobarde más como tantos.
Porque de joven fui "el Renegado" y de viejo sigo siéndolo, pero más sabio.
Por eso SOY MOTOCICLISTA.
Por eso voy en moto y me molesta que un vidrio me aisle del mundo.
SOY MOTOCICLISTA Y LE DOY LA CARA AL MUNDO HASTA EL FINAL.

VIKINGO

Resumen de los Cuatro Principios Toltecas


"No hay razón para sufrir. La única razón por la que sufres es porque así tú lo exiges. Si observas tu vida encontrarás muchas excusas para sufrir, pero ninguna razón válida. Lo mismo es aplicable a la felicidad. La felicidad es una elección, como también lo es el sufrimiento". 

"Toda la magia que posees está basada en tu palabra y lanzas hechizos todo el tiempo con tus opiniones. Puedes lanzar un hechizo a alguien con tu palabra o bien liberar a alguien de un hechizo."

"No necesitas acumular conocimiento para volverte sabio, cualquiera puede volverse sabio. Cuando te vuelves sabio, respetas tu cuerpo, respetas tu mente y respetas tu alma. Cuando te vuelves sabio, tu vida está controlada por tu corazón, no por tu cabeza." 

" Recuérdate que todo problema lleva consigo las semillas de la oportunidad de aprender, de amar, de aumentar la conciencia y de ser feliz sencillamente por el mero hecho de estar vivo." 

"Cada vez que intentamos ser lo que no somos, fracasamos. Es muy difícil fingir que somos lo que no somos. Vivir de esa manera es un verdadero y profundo infierno. Es un engaño, una situación en la que no es posible ganar. Sólo puedes ser TU, y ya está. Eres TU ahora mismo, y no tienes que hacer ningún esfuerzo par.a serlo." 

¿Son las cosas como las vemos, como las sentimos, o básicamente interpretamos lo que nos han enseñado a interpretar?
Para la milenaria cultura tolteca (México) la "realidad" que asumimos socialmente no es más que un sueño colectivo, el sueño del planeta. Desde el momento mismo de nacer, interpretamos la realidad mediante acuerdos, y así, acordamos con el mundo adulto lo que es una mesa y lo que es un vestido, pero también lo que "está bien" y lo que "está mal", e incluso quiénes somos o cuál es nuestro lugar en el mundo (en la familia, en clase, en el trabajo). A este proceso el filósofo mexicano de origen tolteca Miguel Ruiz lo denomina domesticación.
"La domesticación es tan poderosa que, en un determinado momento de nuestra vida ya no necesitamos que nadie nos domestique. No necesitamos que mamá o papá, la escuela o la iglesia nos domestiquen. Estamos tan bien entrenados que somos nuestro propio domador. Somos un animal autodomesticado".

La filosofía tolteca nos propone cuatro acuerdos básicos
1. Sé impecable con la palabra
Las palabras poseen una gran fuerza creadora, crean mundos, realidades y, sobre todo, emociones. Las palabras son mágicas: de la nada y sin materia alguna se puede transformar lo que sea. El que la utilicemos como magia blanca o como magia negra depende de cada cual.
Con las palabras podemos salvar a alguien, hacerle sentirse bien, transmitirle nuestro apoyo, nuestro amor, nuestra admiración, nuestra aceptación, pero también podemos matar su autoestima, sus esperanzas, condenarle al fracaso, aniquilarle. Incluso con nuestra propia persona: las palabras que verbalizamos o las que pensamos nos están creando cada día. Las expresiones de queja nos convierten en víctimas; las crítica, en jueces prepotentes; un lenguaje machista nos mantienen en un mundo androcéntrico, donde el hombre es la medida y el centro de todas las cosas, y las descalificaciones autovictimistas (pobre de mí, todo lo hago mal, qué mala suerte tengo) nos derrotan de antemano.
Si somos conscientes del poder de nuestras palabras, de su enorme valor, las utilizaremos con cuidado, sabiendo que cada una de ellas está creando algo. La propuesta de Miguel Ruiz es, por tanto:
"Utiliza las palabras apropiadamente. Empléalas para compartir el amor. Usa la magia blanca empezando por ti. SÉ IMPECABLE CON LA PALABRA".


2. No te tomes nada personalmente
Cada cual vive su propia película en la cual es protagonista. Cada cual afronta su propia odisea viviendo su vida y resolviendo sus conflictos y sus miserias personales. Cada cual quiere sobrevivir el sueño colectivo y ser feliz. Y cada cual lo hace lo mejor que puede dentro de sus circunstancias y sus limitaciones.
Las demás personas sólo somos figurantes en esa película que cada cual hace de su vida, o a lo sumo personajes secundarios. Si alguien me insulta por la calle (o yo lo percibo así) con casi toda seguridad no tiene nada o muy poco que ver conmigo; es simplemente su reacción a algo que está pasando fuera (un mal día con su pareja o en el trabajo, una discusión con su hija), o más probablemente dentro (preocupaciones, ansiedad, frustración, impaciencia, una gastritis o un dolor de cabeza).
La impaciencia o las exigencias de tu pareja, de la vecina del rellano o de la cajera del supermercado, las críticas de tu hijo o en el trabajo, nada de eso es personal. Cada cual está reaccionando a su propia película.
Hay mucha magia negra fuera, lo mismo que la hay dentro de ti misma, o de mí. En cualquiera, en algún momento de su vida, en algún momento del día. Todo el mundo somos "depredadores emocionales" alguna que otra vez.
"Tomarse las cosas personalmente te convierte en una presa fácil para esos depredadores, los magos negros... Te comes toda su basura emocional y la conviertes en tu propia basura. Pero si no te tomas las cosas personalmente serás inmune a todo veneno aunque te encuentres en medio del infierno", asegura Miguel Ruiz.
Comprender y asumir este acuerdo nos aporta una enorme libertad. "Cuando te acostumbres a no tomarte nada personalmente, no necesitarás depositar tu confianza en lo que hagan o digan sobre ti las demás personas. Nunca eres responsable de los actos o palabras de las demás personas, sólo de las tuyas propias. Dirás "te amo" sin miedo a que te rechacen o te ridiculicen". Siempre puedes seguir a tu corazón.
Respecto a la opinión ajena, para bien o para mal, mejor no depender de ella. Ésa es otra película. NO TE TOMES LAS COSAS PERSONALMENTE.

3. No hagas suposiciones
Tendemos a hacer suposiciones y a sacar conclusiones sobre todo. El problema es que al hacerlo creemos que lo que suponemos es cierto y montamos una realidad sobre ello. Y no siempre es positiva o está guiada por la confianza o el amor, sino más frecuentemente por el miedo y nuestra propia inseguridad.
Deduzco que alguien se ha enfadado conmigo porque no respondió a mi saludo al cruzarnos y mi mente organiza toda una realidad sobre eso. Y se rompen puentes entre la otra persona y yo, difíciles de salvar. Lo mismo con nuestra pareja, con la vecina, con la escuela. Creamos realidades en base a comentarios o elementos sueltos (cuando no en base a chismes malintencionados).
"La manera de evitar las suposiciones es preguntar. Asegúrate de que las cosas te queden claras... e incluso entonces, no supongas que lo sabes todo sobre esa situación en particular", insiste Miguel Ruiz. En última instancia y si te dejas guiar por la buena voluntad, siempre te queda la confianza... y la aceptación.
Nunca nada que pasa fuera es personal. Pero en cualquier caso, NO SAQUES CONCLUSIONES PRECIPITADAMENTE.


4. Haz siempre lo mejor que puedas

El cuarto y último acuerdo permite que los otros tres se conviertan en hábitos profundamente arraigados: haz siempre lo máximo y lo mejor que puedas. Siendo así, pase lo que pase aceptaremos las consecuencias de buen grado. Hacerlo lo mejor posible no significa que tú y yo tengamos que hacerlo de la misma manera, ni siquiera que mi respuesta en estos momentos sea la misma que en otro que me siento cansada, o no he dormido bien, o me siento llena de amor y confianza y tremendamente generosa. Se podría decir que en cada momento de nuestra vida somos diferentes, en unas circunstancias y con unas limitaciones concretas. A veces podemos responder a lo que interpretamos como una "provocación" con una sonrisa irónica o divertida, con sentido del humor, o con una carcajada retadora, o incluso a gritos. Pero siempre podemos intentar ser impecables con la palabra, no tomárnoslo personalmente y no sacar conclusiones precipitadas... dentro de nuestras limitaciones físicas, anímicas y en general, de cada momento. Si lo intentamos, de la mejor manera que podemos, ya es suficiente.

"Verdaderamente, para triunfar en el cumplimiento de estos acuerdos necesitamos utilizar todo el poder que tenemos. De modo que, si te caes, no te juzgues. No le des a tu juez interior la satisfacción de convertirte en una víctima. Simplemente, empieza otra vez desde el principio."
Con la práctica será cada vez más fácil hasta que, sorpresa, la identificación es prácticamente completa y los cuatro acuerdos forman parte de nuestra manera de ser. Simplemente somos así.
Sin duda nuestra vida será más sencilla y satisfactoria, para nosotr0s mismos y para las demás personas que nos rodean.


Si buscan en Internet se encuentra el libro en PDF para descargar la versión completa de Los Cuatro Acuerdos Toltecas de manera gratuita. 

VIKINGO

La Soledad


La soledad da sentido a la compañía, valora la palabra porque la forja en el silencio. Es un estado interior que debe ayudar a madurar, en vez de secar. Creo que nunca estamos solos, pues nuestra existencia implica la interrelación con todo lo creado. Solo puede parecer que estamos solos, pero toda la energía cósmica pulula alrededor queriéndose integrar a nuestro ser. Quien no aprende a vivir en compañía, no puede vivir en soledad, pues para la soledad se necesita mucha disciplina. La soledad no es una huida de la realidad. Trata de ser un medio para encontrarse uno mismo.
Esto nos debería llevar a actuar de tal forma que, si estamos solos, actuemos como si estuviéramos rodeados de gente, y si estamos acompañados, actuemos como si estuviéramos solos, frente a los posibles comentarios.
Si buscamos la soledad para huir de nosotros mismos, somos cobardes. No debemos desesperar si no hay huellas al lado de nuestro peregrinar. Puede ser una etapa de nuestra vida, o quizá sea tiempo de replantear nuestra forma de ser. Cuando ya nos hemos encontrado, no podemos estar solos…Aquí está lo importante de avanzar despacio, pero avanzar siempre. Nadie vendrá a buscarme, debo ser yo quien construya mi felicidad; yo mismo debo salir al encuentro del otro. Al alejarnos de la simplicidad, nos alejamos de nuestro propio centro.
Nadie dará nuestros abrazos, nuestros besos, nuestras caricias, nuestros saludos…
Cuando por la noche apoyo mi cabeza para poder dormir, inmediatamente se si fui o no yo mismo. Si puedo dormir en paz, significa que lo he conseguido; si algo no encaja en mi descanso, significa que todavía me falta crecer.
Qué bueno es admirarse constantemente de todo lo que nos hace falta crecer. Creo que allí nace la humildad. No es tan importante dónde nazca, sino que nazca.
                                                                                            Gabriel Jurjevic

Es bueno buscar a veces el silencio y la soledad. El silencio o la soledad del desierto vuelven locos o sabios, débiles o fuertes, iracundos o pacientes.
                                               Gabriel Jurjevic

VIKINGO

Me lo dijeron hace mucho tiempo, mucho tiempo

“TE SOBRARÁN LOS DEDOS DE UNA MANO PARA CONTAR A TUS VERDADEROS AMIGOS, Y TENDRAS SUERTE SI LO QUE NO TE SOBRA ES LA MANO ENTERA” Sabia frase, y aplicándola, por suerte, a la mayoría no nos sobra la mano entera, aunque cuatro o cinco dedos si. Relaciones de falsedad, de apariencias, de farra y cerveza, las que quieras, incluso te echo una mano si me interesa, o te hago algún favorcillo de vez en cuando, para quedar bien. A un verdadero amigo hay que cuidarlo, aquel que es capaz de renunciar a su comodidad o incluso a su interés particular por ti, merece la misma correspondencia, porque es uno de esos preciados dedos. Y para reconocerlos no hace falta haber sido doctorado en ciencias humanas. Ahora bien, para que te defrauden o para que tú les defraudes, vamos a ser sinceros (que no siempre el mal está en “los otros”), estamos todos a tiempo. Son muchos años sobre viejos motores de cuatro y dos tiempos, muchas vidas en una, muchas ilusiones puestas en amistades que crees mucho más allá de unas simples cervezas o unos fines de semana, muchas esperanzas, muchos lanes… y tantos rotos. Y, a pesar de todo, aún a perro viejo, te siguen sorprendiendo, rabiando y doliendo algunas reacciones. Nunca te haces de piedra. Es por eso que vale tanto quien nunca te defrauda. Es por eso que vale tanto que nunca defraudes (perdonando, por supuesto que ninguno somos perfectos), y por supuesto también, no cerrando nunca las puertas de las oportunidades. Hay algunos compañeros que siempre han rodado al lado tuyo, en persona o espíritu. Hay algunos compañeros con los que siempre has rodado al lado, en persona o espíritu. Sobran los dedos de una mano para contarlos, pero están ahí y valen lo que no se puede describir con palabras. También hay otra frase con la que puedo terminar: “ SI ERES AMIGO DE TODO EL MUNDO, NO ERES AMIGO DE NADIE”

Extraido de un artículo de la revista BIKER ZONE


VIKINGO

martes, 15 de mayo de 2012

Yesquero artesanal(antes del fósforo)

Curioseando por la red vi en el foro Armas Blancas este hermoso yesquero hecho con un trozo de mecha, hasta de ciervo y el chispero de un encendedor. Entonces me decidí a fabricarme uno.

El pequeñin que posa junto a mi Kukri y un yesquero tamaño Goliat es el que logré hacer

Un amigo joyero me soldó la bolilla de acero a un alambre que se engancha a la mecha .Esta tapa el oxígeno para que se extinga la brasa




Esta publicación está relacionada con:Más sobre encendedor yesquero.
VIKINGO




Porta Kit de supervivencia y Lupa forrada artesanalmente


No inventé nada nuevo, solo que me gusta hacerme lo que veo por ahí y me puede servir en mis salidas camperas.
El Portaquit lo vi en un foro de supervivencia en el que participa un artesano de lujo que es El Cuervo y la lupa la copié de un blog que recomiendo por sus hermosas fotos. Se llama Ravenlore.

Acá corté la vaqueta


La pliego húmeda



Cosida y remachada

Con ojal de descarga para la humedad

Probando un kit envuelto en una jabonera
Con un trozo de correa remachada en el interior para rápida extracción

Le quemé unas líneas de adorno

Un poco de tintura marrón

Y como me sobraba vaqueta e hilo encerado, me metí con una vieja lupa de vidrio
que tenía el mango roto y un marco plástico que le quité.
Así quedó mas de la vieja escuela.

Y de tanto que insistió luego una compañera de trabajo
Tuve que hacerle una a ella
Pero la personalicé con otro tipo de costura

VIKINGO














lunes, 14 de mayo de 2012

Tomahawk hecho con una hachuela de albañil

La idea no es mía pero me interesó por lo barato del proyecto. Así que me puse a modificar una herramienta.
Recién comprada


Qué fea que es!!!

Manos a la obra










VIKINGO

El Fehrman del Vikingo


Con algunas modificaciones importantes de bicelado con respecto al original, ahí va mi versión del cuchillo que mas garroteadas tiene de los que hice.
Partí de la misma hoja de elástico de la que saqué el Mini Boina Verde


En la mano es bestial

El encendedor es para tener una idea de las dimensiones

7 mm. de lomo creo que son suficientes para darle a la pata de un elefante

Vaina en suela bien rústica

VIKINGO


De una pista de rulemán a un Tracker descomunal


Me había metejoneado con el Tracker y le di radial y lima nomás
Perdón por las fotos, pero algunas fueron de celular.






Destrozando Acero

Separado de lo que lo tenía atrapado

comenzando con las cachas

Terminadito




Envainado

VIKINGO