miércoles, 16 de mayo de 2012

Querido Paquete


Supongo que te extrañará que te escriba una carta, sobre todo teniendo en cuenta lo cerca que solemos estar siempre y lo fácil que sería simplemente decirte lo que estoy pensando. Pero eso es algo que, al final, nunca hago y no quiero dejar pasar esta oportunidad de contarte unas cuantas cosas de las que, de vez en cuando, me dan vueltas por la cabeza.
Tu dices que siempre me estoy quejando pero debes reconocer que, algo de razón tengo. Me quejo cuando te quedas dormida a la vuelta de todos los viajes y me lo haces notar a base de cabezazos en mi casco, me quejo cuando te empeñas en meter, en las viejas alforjas, equipaje como si te fueses para siempre. Me quejo cuando me obligas a parar, porque te mueres de hambre o no soportas ni cinco minutos más sin entrar al servicio. Te monto la bronca cuando en plena tumbada te da por moverte, simplemente, por que te pica el culo. Reconoce que tengo motivos para quejarme cada vez que veo el horroroso asiento trasero que tengo que llevar para que tu lindo trasero no sufra en los viajes largos. Me quejo, protesto y siempre estoy refunfuñando y tú sabes que, algo de razón, sí que tengo.
Pero, no todo pueden ser quejas y aunque cada vez que haces algo mal te lo digo, me cuesta un "güevo" reconocer las cosas que haces bien. ¿Cuántas veces decimos con un poco de desprecio la frase: "Ha venido de paquete"? ¿Por qué no les damos el valor que realmente se merecen, a todos/as aquellos/as que normalmente viajan en la parte trasera de nuestras monturas? Creo que cualquiera que haya rulado sobre dos ruedas durante algún tiempo, sabe perfectamente que un buen paquete es en realidad un COPILOTO. ¿Acaso no tumban con nosotros?, ¿No trazan las curvas?, ¿No pasan frío en invierno y se mojan cuando llueve?, ¿Acaso no corren menos peligro si te tragas una curva? Pues, a pesar de todo esto, aún hay quien se atreve a decir que no son bikers de primera fila.
Tus pequeñas manos se agarran fuerte a mi cintura y sé que estás ahí. Todo va bien. Controlas la gasolina que nos queda, los kilómetros que llevamos, en que cruce deberíamos de girar y cuantas pelas llevamos gastadas en sopa. Conoces tan bien como yo el sonido de nuestra máquina, sus vibraciones, sus necesidades y sus reacciones. Sabes perfectamente cuando le estoy apretando más de la cuenta o cuando entramos en una curva un poco pasados.
¿Cuántas veces, en marcha, me has puesto bien el pañuelo para que no me entre frío en el cuello?, ¿cuántos kilómetros has pasado hablándome al oído por que sabes que me estoy durmiendo?, ¿cuántas horas en la cuneta a mi lado mientras hurgo en las entrañas de la máquina intentando encontrar la estúpida avería que nos ha parado?
Sé que la imagen de siempre es la del piloto solo con su máquina devorando kilómetros, pero yo tengo que reconocer que mi hierro ya no es sólo mío, sino nuestro. Todos esos kilómetros recorridos, esfuerzos económicos y horas de dedicación te han dado derecho a ser, en parte, dueña de mi sueño.
Se que hay miles de "paquetes" como tú, casi uno por cada motero. Algunos de ellos lo son por que no tienen más remedio que joderse hasta que consigan su propia máquina. Para ellos mis palabras de ánimo y aliento. Suele ser difícil conseguirla pero siempre vale la pena y, sobre todo, ten en cuenta que mientras más trabajo te ha costado conseguirla más la apreciarás. Pero hay otro número muy importante de paquetes que lo son por gusto. No aspiran a tener otra moto, ya tienen una, aunque sólo les correspondan los cuartos traseros. Y es a tí y a todos estos paquetes a los que hoy quiero mandar mis RAFAGAS. Gracias por estar ahí. Gracias por ser lo que sois y no dejéis que nadie os quite nunca vuestra categoría de COPILOTOS.

Escrito originalmente por Mateo en la revista Biker Zone, en su columna La Esquina del Viento.

VIKINGO

Soy Motociclista


Porque NO me interesa viajar aislado dentro de una caja de metal y vidrio.
Porque me gusta darle la cara al viento y a la lluvia, al frio y al calor, sentir el olor a la tierra mojada inundándome las narices, amigarme con los elementos antes que ningunearlos.
Porque me gusta desafiar la vida jugándole palmo a palmo y ganarme mi derecho a estar vivo en cada momento y en cada lugar. Sin esconderme vanamente de mi destino, sin tapujos inútiles y engañosos. Sin airbags que me sirvan de amuletos contra la muerte. La Muerte se transforma en un factor con el que puedo negociar, y deja de ser la fantasmagorica sombra persecutoria que me sigue para cobrarme el pellejo. Puedo dialogar con ella, pero si le huyo no podré más que escapar hasta que me atrape.
Porque si no fuese un rebelde nato sería un cobarde más como tantos.
Porque de joven fui "el Renegado" y de viejo sigo siéndolo, pero más sabio.
Por eso SOY MOTOCICLISTA.
Por eso voy en moto y me molesta que un vidrio me aisle del mundo.
SOY MOTOCICLISTA Y LE DOY LA CARA AL MUNDO HASTA EL FINAL.

VIKINGO

Resumen de los Cuatro Principios Toltecas


"No hay razón para sufrir. La única razón por la que sufres es porque así tú lo exiges. Si observas tu vida encontrarás muchas excusas para sufrir, pero ninguna razón válida. Lo mismo es aplicable a la felicidad. La felicidad es una elección, como también lo es el sufrimiento". 

"Toda la magia que posees está basada en tu palabra y lanzas hechizos todo el tiempo con tus opiniones. Puedes lanzar un hechizo a alguien con tu palabra o bien liberar a alguien de un hechizo."

"No necesitas acumular conocimiento para volverte sabio, cualquiera puede volverse sabio. Cuando te vuelves sabio, respetas tu cuerpo, respetas tu mente y respetas tu alma. Cuando te vuelves sabio, tu vida está controlada por tu corazón, no por tu cabeza." 

" Recuérdate que todo problema lleva consigo las semillas de la oportunidad de aprender, de amar, de aumentar la conciencia y de ser feliz sencillamente por el mero hecho de estar vivo." 

"Cada vez que intentamos ser lo que no somos, fracasamos. Es muy difícil fingir que somos lo que no somos. Vivir de esa manera es un verdadero y profundo infierno. Es un engaño, una situación en la que no es posible ganar. Sólo puedes ser TU, y ya está. Eres TU ahora mismo, y no tienes que hacer ningún esfuerzo par.a serlo." 

¿Son las cosas como las vemos, como las sentimos, o básicamente interpretamos lo que nos han enseñado a interpretar?
Para la milenaria cultura tolteca (México) la "realidad" que asumimos socialmente no es más que un sueño colectivo, el sueño del planeta. Desde el momento mismo de nacer, interpretamos la realidad mediante acuerdos, y así, acordamos con el mundo adulto lo que es una mesa y lo que es un vestido, pero también lo que "está bien" y lo que "está mal", e incluso quiénes somos o cuál es nuestro lugar en el mundo (en la familia, en clase, en el trabajo). A este proceso el filósofo mexicano de origen tolteca Miguel Ruiz lo denomina domesticación.
"La domesticación es tan poderosa que, en un determinado momento de nuestra vida ya no necesitamos que nadie nos domestique. No necesitamos que mamá o papá, la escuela o la iglesia nos domestiquen. Estamos tan bien entrenados que somos nuestro propio domador. Somos un animal autodomesticado".

La filosofía tolteca nos propone cuatro acuerdos básicos
1. Sé impecable con la palabra
Las palabras poseen una gran fuerza creadora, crean mundos, realidades y, sobre todo, emociones. Las palabras son mágicas: de la nada y sin materia alguna se puede transformar lo que sea. El que la utilicemos como magia blanca o como magia negra depende de cada cual.
Con las palabras podemos salvar a alguien, hacerle sentirse bien, transmitirle nuestro apoyo, nuestro amor, nuestra admiración, nuestra aceptación, pero también podemos matar su autoestima, sus esperanzas, condenarle al fracaso, aniquilarle. Incluso con nuestra propia persona: las palabras que verbalizamos o las que pensamos nos están creando cada día. Las expresiones de queja nos convierten en víctimas; las crítica, en jueces prepotentes; un lenguaje machista nos mantienen en un mundo androcéntrico, donde el hombre es la medida y el centro de todas las cosas, y las descalificaciones autovictimistas (pobre de mí, todo lo hago mal, qué mala suerte tengo) nos derrotan de antemano.
Si somos conscientes del poder de nuestras palabras, de su enorme valor, las utilizaremos con cuidado, sabiendo que cada una de ellas está creando algo. La propuesta de Miguel Ruiz es, por tanto:
"Utiliza las palabras apropiadamente. Empléalas para compartir el amor. Usa la magia blanca empezando por ti. SÉ IMPECABLE CON LA PALABRA".


2. No te tomes nada personalmente
Cada cual vive su propia película en la cual es protagonista. Cada cual afronta su propia odisea viviendo su vida y resolviendo sus conflictos y sus miserias personales. Cada cual quiere sobrevivir el sueño colectivo y ser feliz. Y cada cual lo hace lo mejor que puede dentro de sus circunstancias y sus limitaciones.
Las demás personas sólo somos figurantes en esa película que cada cual hace de su vida, o a lo sumo personajes secundarios. Si alguien me insulta por la calle (o yo lo percibo así) con casi toda seguridad no tiene nada o muy poco que ver conmigo; es simplemente su reacción a algo que está pasando fuera (un mal día con su pareja o en el trabajo, una discusión con su hija), o más probablemente dentro (preocupaciones, ansiedad, frustración, impaciencia, una gastritis o un dolor de cabeza).
La impaciencia o las exigencias de tu pareja, de la vecina del rellano o de la cajera del supermercado, las críticas de tu hijo o en el trabajo, nada de eso es personal. Cada cual está reaccionando a su propia película.
Hay mucha magia negra fuera, lo mismo que la hay dentro de ti misma, o de mí. En cualquiera, en algún momento de su vida, en algún momento del día. Todo el mundo somos "depredadores emocionales" alguna que otra vez.
"Tomarse las cosas personalmente te convierte en una presa fácil para esos depredadores, los magos negros... Te comes toda su basura emocional y la conviertes en tu propia basura. Pero si no te tomas las cosas personalmente serás inmune a todo veneno aunque te encuentres en medio del infierno", asegura Miguel Ruiz.
Comprender y asumir este acuerdo nos aporta una enorme libertad. "Cuando te acostumbres a no tomarte nada personalmente, no necesitarás depositar tu confianza en lo que hagan o digan sobre ti las demás personas. Nunca eres responsable de los actos o palabras de las demás personas, sólo de las tuyas propias. Dirás "te amo" sin miedo a que te rechacen o te ridiculicen". Siempre puedes seguir a tu corazón.
Respecto a la opinión ajena, para bien o para mal, mejor no depender de ella. Ésa es otra película. NO TE TOMES LAS COSAS PERSONALMENTE.

3. No hagas suposiciones
Tendemos a hacer suposiciones y a sacar conclusiones sobre todo. El problema es que al hacerlo creemos que lo que suponemos es cierto y montamos una realidad sobre ello. Y no siempre es positiva o está guiada por la confianza o el amor, sino más frecuentemente por el miedo y nuestra propia inseguridad.
Deduzco que alguien se ha enfadado conmigo porque no respondió a mi saludo al cruzarnos y mi mente organiza toda una realidad sobre eso. Y se rompen puentes entre la otra persona y yo, difíciles de salvar. Lo mismo con nuestra pareja, con la vecina, con la escuela. Creamos realidades en base a comentarios o elementos sueltos (cuando no en base a chismes malintencionados).
"La manera de evitar las suposiciones es preguntar. Asegúrate de que las cosas te queden claras... e incluso entonces, no supongas que lo sabes todo sobre esa situación en particular", insiste Miguel Ruiz. En última instancia y si te dejas guiar por la buena voluntad, siempre te queda la confianza... y la aceptación.
Nunca nada que pasa fuera es personal. Pero en cualquier caso, NO SAQUES CONCLUSIONES PRECIPITADAMENTE.


4. Haz siempre lo mejor que puedas

El cuarto y último acuerdo permite que los otros tres se conviertan en hábitos profundamente arraigados: haz siempre lo máximo y lo mejor que puedas. Siendo así, pase lo que pase aceptaremos las consecuencias de buen grado. Hacerlo lo mejor posible no significa que tú y yo tengamos que hacerlo de la misma manera, ni siquiera que mi respuesta en estos momentos sea la misma que en otro que me siento cansada, o no he dormido bien, o me siento llena de amor y confianza y tremendamente generosa. Se podría decir que en cada momento de nuestra vida somos diferentes, en unas circunstancias y con unas limitaciones concretas. A veces podemos responder a lo que interpretamos como una "provocación" con una sonrisa irónica o divertida, con sentido del humor, o con una carcajada retadora, o incluso a gritos. Pero siempre podemos intentar ser impecables con la palabra, no tomárnoslo personalmente y no sacar conclusiones precipitadas... dentro de nuestras limitaciones físicas, anímicas y en general, de cada momento. Si lo intentamos, de la mejor manera que podemos, ya es suficiente.

"Verdaderamente, para triunfar en el cumplimiento de estos acuerdos necesitamos utilizar todo el poder que tenemos. De modo que, si te caes, no te juzgues. No le des a tu juez interior la satisfacción de convertirte en una víctima. Simplemente, empieza otra vez desde el principio."
Con la práctica será cada vez más fácil hasta que, sorpresa, la identificación es prácticamente completa y los cuatro acuerdos forman parte de nuestra manera de ser. Simplemente somos así.
Sin duda nuestra vida será más sencilla y satisfactoria, para nosotr0s mismos y para las demás personas que nos rodean.


Si buscan en Internet se encuentra el libro en PDF para descargar la versión completa de Los Cuatro Acuerdos Toltecas de manera gratuita. 

VIKINGO

La Soledad


La soledad da sentido a la compañía, valora la palabra porque la forja en el silencio. Es un estado interior que debe ayudar a madurar, en vez de secar. Creo que nunca estamos solos, pues nuestra existencia implica la interrelación con todo lo creado. Solo puede parecer que estamos solos, pero toda la energía cósmica pulula alrededor queriéndose integrar a nuestro ser. Quien no aprende a vivir en compañía, no puede vivir en soledad, pues para la soledad se necesita mucha disciplina. La soledad no es una huida de la realidad. Trata de ser un medio para encontrarse uno mismo.
Esto nos debería llevar a actuar de tal forma que, si estamos solos, actuemos como si estuviéramos rodeados de gente, y si estamos acompañados, actuemos como si estuviéramos solos, frente a los posibles comentarios.
Si buscamos la soledad para huir de nosotros mismos, somos cobardes. No debemos desesperar si no hay huellas al lado de nuestro peregrinar. Puede ser una etapa de nuestra vida, o quizá sea tiempo de replantear nuestra forma de ser. Cuando ya nos hemos encontrado, no podemos estar solos…Aquí está lo importante de avanzar despacio, pero avanzar siempre. Nadie vendrá a buscarme, debo ser yo quien construya mi felicidad; yo mismo debo salir al encuentro del otro. Al alejarnos de la simplicidad, nos alejamos de nuestro propio centro.
Nadie dará nuestros abrazos, nuestros besos, nuestras caricias, nuestros saludos…
Cuando por la noche apoyo mi cabeza para poder dormir, inmediatamente se si fui o no yo mismo. Si puedo dormir en paz, significa que lo he conseguido; si algo no encaja en mi descanso, significa que todavía me falta crecer.
Qué bueno es admirarse constantemente de todo lo que nos hace falta crecer. Creo que allí nace la humildad. No es tan importante dónde nazca, sino que nazca.
                                                                                            Gabriel Jurjevic

Es bueno buscar a veces el silencio y la soledad. El silencio o la soledad del desierto vuelven locos o sabios, débiles o fuertes, iracundos o pacientes.
                                               Gabriel Jurjevic

VIKINGO

Me lo dijeron hace mucho tiempo, mucho tiempo

“TE SOBRARÁN LOS DEDOS DE UNA MANO PARA CONTAR A TUS VERDADEROS AMIGOS, Y TENDRAS SUERTE SI LO QUE NO TE SOBRA ES LA MANO ENTERA” Sabia frase, y aplicándola, por suerte, a la mayoría no nos sobra la mano entera, aunque cuatro o cinco dedos si. Relaciones de falsedad, de apariencias, de farra y cerveza, las que quieras, incluso te echo una mano si me interesa, o te hago algún favorcillo de vez en cuando, para quedar bien. A un verdadero amigo hay que cuidarlo, aquel que es capaz de renunciar a su comodidad o incluso a su interés particular por ti, merece la misma correspondencia, porque es uno de esos preciados dedos. Y para reconocerlos no hace falta haber sido doctorado en ciencias humanas. Ahora bien, para que te defrauden o para que tú les defraudes, vamos a ser sinceros (que no siempre el mal está en “los otros”), estamos todos a tiempo. Son muchos años sobre viejos motores de cuatro y dos tiempos, muchas vidas en una, muchas ilusiones puestas en amistades que crees mucho más allá de unas simples cervezas o unos fines de semana, muchas esperanzas, muchos lanes… y tantos rotos. Y, a pesar de todo, aún a perro viejo, te siguen sorprendiendo, rabiando y doliendo algunas reacciones. Nunca te haces de piedra. Es por eso que vale tanto quien nunca te defrauda. Es por eso que vale tanto que nunca defraudes (perdonando, por supuesto que ninguno somos perfectos), y por supuesto también, no cerrando nunca las puertas de las oportunidades. Hay algunos compañeros que siempre han rodado al lado tuyo, en persona o espíritu. Hay algunos compañeros con los que siempre has rodado al lado, en persona o espíritu. Sobran los dedos de una mano para contarlos, pero están ahí y valen lo que no se puede describir con palabras. También hay otra frase con la que puedo terminar: “ SI ERES AMIGO DE TODO EL MUNDO, NO ERES AMIGO DE NADIE”

Extraido de un artículo de la revista BIKER ZONE


VIKINGO

martes, 15 de mayo de 2012

Yesquero artesanal(antes del fósforo)

Curioseando por la red vi en el foro Armas Blancas este hermoso yesquero hecho con un trozo de mecha, hasta de ciervo y el chispero de un encendedor. Entonces me decidí a fabricarme uno.

El pequeñin que posa junto a mi Kukri y un yesquero tamaño Goliat es el que logré hacer

Un amigo joyero me soldó la bolilla de acero a un alambre que se engancha a la mecha .Esta tapa el oxígeno para que se extinga la brasa




Esta publicación está relacionada con:Más sobre encendedor yesquero.
VIKINGO




Porta Kit de supervivencia y Lupa forrada artesanalmente


No inventé nada nuevo, solo que me gusta hacerme lo que veo por ahí y me puede servir en mis salidas camperas.
El Portaquit lo vi en un foro de supervivencia en el que participa un artesano de lujo que es El Cuervo y la lupa la copié de un blog que recomiendo por sus hermosas fotos. Se llama Ravenlore.

Acá corté la vaqueta


La pliego húmeda



Cosida y remachada

Con ojal de descarga para la humedad

Probando un kit envuelto en una jabonera
Con un trozo de correa remachada en el interior para rápida extracción

Le quemé unas líneas de adorno

Un poco de tintura marrón

Y como me sobraba vaqueta e hilo encerado, me metí con una vieja lupa de vidrio
que tenía el mango roto y un marco plástico que le quité.
Así quedó mas de la vieja escuela.

Y de tanto que insistió luego una compañera de trabajo
Tuve que hacerle una a ella
Pero la personalicé con otro tipo de costura

VIKINGO