miércoles, 13 de mayo de 2020

La Archiquerida lata de cartón encerado

Estás latas de cartón y parafina me han salvado literalmente la vida en mi juventud. Pedaleaba yo de Buenos Aires a Córdoba y ya estaba a un día de ver las sierras cuando una tormenta me empapó por completo sin encontrar refugio. Tuve que seguir marchando para no entrar en hipotermia y encontré una tapera sin techo pero tenía una puerta agarrada apenas de una bisagra. Saqué la puerta y la apoyé en la pared en medio de un viento y agua fragoroso. Me refugié sentado bajo la puerta y saqué mi lata. No solo me dio calor sino la oportunidad de hacer una sopa caliente. Alimenté con trocitos de vela el contenido cuando bajaba a la mitad de la lata o incluso antes. Cuando por la mañana aclaró era un hermoso día despejado y ya veía lejos las sierras dibujadas en el horizonte. Imborrable recuerdo y gran aprecio por esas latas. Un truco que utilizo para encenderlas más fácilmente es ponerle encima un  bolita de algodón embadurnada en vaselina pero solo por dentro o un trocito de parafina ( alrededor algodón seco). Pongo  sobre la lata esa bolita que enciende mucho más rápido y contagia el fuego a la lata mejor que la mecha. Además enciende con chispa si es necesario de un ferrocerio o incluso de un encendedor sin gas pero que le funcione el chispero.  La persona que me enseñó a hacerlas y usarlas fue mi Jefe de Tropa Scout hace muchos años en mi niñez. Tienen una ventaja que me encanta. Puedo mientras cocino agregarle pequeños trozos de parafina para mantener el nivel de combustible a tope de manera que cuando la termino de utilizar y se enfría queda llena y lista para el próximo fuego. Tiene también la ventaja que en caso de no tener parafina puedo usar grasa o aceite. Se debe apagar quitándose el oxígeno con una tapa y no debe usarse en interiores porque despide mucho humo. Es muy fácil y económica de hacer ya que solo es cortar cartón y enrollado y el agregado de parafina. Su contra quizá es que tizna los elementos de cocina como jarros, pavas y ollas de la misma manera que un fuego de leña. Pero algunos estamos acostumbrados a eso.




Pueden verla en vídeo en este enlace:
https://www.instagram.com/p/B_-_RlihJLW/





VIKINGO
La Muerte está tan segura de vencer,
Que nos da toda una vida de ventaja.

Mantenlo Simple


Momentos felices en la naturaleza




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La Muerte está tan segura de vencer,
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Confinado pero no Oxidado

Con esto del Encierro obligatorio me veo obligado a practicar en casa



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jueves, 16 de abril de 2020

Soporte de celular artesanal

Tecnología y Bushcraft de la mano








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La Muerte está tan segura de vencer,
Que nos da toda una vida de ventaja.
Me puse coser dos tipos de barbijos diferentes en cuero para proteger el rostro mientras conduzco mi motocicleta ya sea de los insectos, las gotas de lluvia, los granos de arena o cereal de los camiones mal estivados y quizá también del frío. Suelo usar casco abierto la mayor parte del año.

Acá dos modelos. Uno de tres piezas y otro simple de dos piezas




Moldes






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La Muerte está tan segura de vencer,
Que nos da toda una vida de ventaja.

Cuerda natural de corteza

Una linda habilidad para desarrollar es esto de crear nuestras propias cuerdas naturales a partir de fibras vegetales. Hay diversidad de fibras que sirven para este fin. Lucas, tallos, hiervas... En este caso decidí pelar la corteza de unas ramas que llevaban dos días cortadas. 
No olviden llevar cuerda en su equipo de salidas a la naturaleza. Hacer tu propia cuerda con corteza como esta que recién termino o con otras fibras vegetales puede ser muy divertido y entretenido pero no cuando realmente estás desesperado por una cuerda.



 Acá un amarre cuadrado para mostrar una se sus utilidades. Usando tres de estas cuerdas trenzadas o torzadas pueden aguantar hacer fuego por fricción empleándola en el arco. Pero ese es otro tema que con cuerdas naturales tiene su truco como por ejemplo darle dos o tres vueltas al rededor del taladro hace que resista.

De estás ramitas saqué la corteza 

Usando la navaja para hacer una incisión




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La Muerte está tan segura de vencer,
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miércoles, 25 de marzo de 2020

Piñón de Pehuén (araucaria)

Hace unos 21 años cuando nació mí hijo mayor sembré una semilla que me regalaron. Creció una araucaria fuerte y sana que hoy ha de tener unos 15 metros de alto. ( Llegan a los 50 metros y pueden vivir 600 años)
Hace una semana cayó por primera vez de su copa una enorme y pesada piña. Ya había probado durante mis viajes por la Patagonia cordillerana el piñón con el que se hacen desde postres dulces hasta escabeches e incluso bebidas alcohólicas generalmente fermentadas con miel. Se puede comer crudos, asados o hervidos. 
Los antigüos habitantes de la cordillera han subsistido matando la hambruna con estas semillas que solían almacenar enterrándolas. También las tribus aborígenes australianos subsistían de ese modo por lo cual es considerado un árbol sagrado.
Ha sido alimento de los dinosaurios en el jurásico hace unos 180 millones de años.
Pasó ya una  semana desde que cayó pesadamente ( 10 kilos aproximadamente) y debía cortar el césped en casa por lo cual decidí mover del lugar la piña. Esta se desarmó íntegramente y estaba mucho más liviana. Cada pétalo tenía una semilla ( conocida como nuez de bunya) que pelamos y hervimos durante bastante tiempo y luego mi esposa secó cada semilla en el horno para luego caramelizarla y obtener un sabroso postre. 
Por supuesto guardamos algunas semillas con el fin de sembrarlas en la primavera. 
Fue un regalo hermoso ya que hace días estamos confinados en nuestro hogar debido a la Pandemia de público conocimiento. Estos hermosos árboles son milenarios y viven mucho tiempo. Por lo que he leído dan fruto cada dos años solo luego de tener 15 años por lo menos y se dividen en machos y hembras. Es nativa del sureste de Queesland pero se han encontrado fósiles de bunya en Sudamérica y Europa.
Todavía recuerdo la entrada al Parque Nacional Lanín y Villa Pehuenia con sus araucarias firmes contrastando con la cordillera. 
Les dejo las fotos de la mini aventura hogareña.











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