¿Qué hace un Cidad del Pecado?
¡No se achica y sale a la ruta!
Nico, su novia y quien escribe nos lanzamos bajo una llovizna con la esperanza que los meteorólogos erren como siempre.
Y ya a 250 km de casa si bien no llovía, un clavo me dejó con La Chancha en la banquina
Gracias a que hay muy buena gente, paró un gauchazo, Juan Carlos Vergara; para quien va mi mayor agradecimiento. Fue en busca de un crique elevador y me llevó en su auto a tres gomerías diferentes de Dolores hasta que conseguí la cámara nueva y emparchar la pinchada.
Retrocedí un kilómetro en llanta para meterme bajo techo por consejo de Juan, mientras el dueño del comercio que se ve en la foto nos cebaba ricos mates y nos agasajaba con una picada
¡Así da gusto pinchar un neumático!
Creo que volveré a pinchar por el mismo lugar.
Pudimos continuar bajo una noche cerrada de mucho viento y lluvia
Pasamos de largo el motoencuentro para refugiarnos a las 22 hs sanos y salvos en la casa de mis dos grandes amigos, Marita y Jorge quienes nos recibieron con mucho cariño, asado, picada, bebidas espirituosas y calidad humana.
El día siguiente prometía y mucho
Llegamos al encuentro donde nos recibieron de la mejor manera. Con café, buena onda, una rodaja de madera para que la muleta no se entierre en la arena y un aire a los encuentros que disfrutaba en mi juventud. Mucha charla y menos ruido, además de amigos preocupados por nuestra demora.
A comeeerrrrr!!!!
¡Dos tipos audaces se ven en ese espejo!
Los amigos de Moteros del Oeste y Moto Amigos y Rock and Roll estuvieron presente.
Intercambiamos pines y parches.
Gracias Inmortal y Señora.
Por último... compartimos charla, bromas, bebida y fuego.
El regreso fue feliz bajo una fría lluvia que me recordaba que estaba vivo.
VIKINGO
La
Muerte está tan segura de vencer,
Que
nos da toda una vida de ventaja.