En fin... lo que hice no es nada que no se resuelva con un palo y una horqueta o estaca rajada al medio, pero hace rato que veía páginas gringas que vendían este artilugio.
Un amigo me regaló unos recortes de varilla aleteada de construcción y el viernes al salir del trabajo se apoderó de mi el martillo de Tohr.
Le aplané la punta como verán en la segunda foto y corté una porción de la achatadura.
Aquí se aprecia el corte
Anécdota: los vecinos de al lado al escuchar el martillo y la fragua se interesaron por lo que estaba haciendo y los tenía de espectadores.
Le hice unos retorcidos que me costaron horrores por no tener morsa y las desprolijidades son porque soy así... que voy hacer... en mi defensa sólo atino a decir que no tengo yunque con cuerno para trabajar cómodo. Sólo mi sempiterno riel de vía.
La punta del que clava al suelo está endurecida a golpe también.
Ya sábado por la mañana no me aguanté y quise estrenarlo. Mañana lo llevo al campo de verdad
Como ven, a medida que el fuego deja brasas lo clavo mas y también puedo girarlo.
No sólo admite la carne, también la caldera, olla encima o colgando de un asa.
Le hice los honores
Y unas ropitas para que no ande engrasando y pinchando por ahí.
Y aquí saliendo un poco del patio trasero
¡Saludos!
Edito para agregar imágenes de un nuevo pincho que hice para un amigo:
VIKINGO
La
Muerte está tan segura de vencer,
Que
nos da toda una vida de ventaja.
QUE MONSTRUO MI AMIGO, QUEDÓ EXCELENTE
ResponderEliminarGracias Gustavo querido! Ahora sólo falta que volcado a compartir fuego.
Eliminar