Este fin de semana salimos en principio Martín y yo a pasar tres días en contacto con la naturaleza.
Al día siguiente se nos sumarían Ezequiel y Daniel; otros dos tipazos que deberían de guiarse por las indicaciones que les habíamos dejado.
Al inicio debimos arrastrarnos literalmente para pasar por algunos sitios.
Acá encontramos un tronco por el cual poder cruzar un arroyo que en el medio tenía unos tres metros de profundidad que pudimos constatar con una vara.
Recolectamos la única yesca seca de las cortezas de las lianas para poder encender el fuego. En publicaciones siguientes iré subiendo los vídeos.
Unos merecidos mates luego de bastante esfuerzo en llegar y armar la ranchada mientras Martín seca sus medias en la hoguera
Bendito armado con mi fiel compañero Capricho en primer plano.
La carne recibiendo los primeros calores del fuego mientras cae la tarde.
Y la noche cayó y la carne estuvo pronta
Al otro día bien temprano llegaron los refuerzos del Comando Tagarna
Ezequiel
Y Daniel. Un tipazo que conocí ese día y realmente enseguida fue como si siempre hubiese acampado con nosotros.
Ahí nomás Dani se hizo una mesa
Mientras yo preparaba una silla
Todo el mundo ocupado, menos el camarógrafo. Jeje.
Se vino la picadita
Los mates y los chistes
Algunos momentos de estrés que vivió Daniel
Por la noche Ezequiel amasó pan de cazador y mientras la carne se hacía lentamente, la charla discurría entre bromas y vino tinto.
Mientras preparo los vídeos, les cuento que la única fuente de agua era un arroyo que desembocaba en el río que vadeamos.
El filtrarla y hervirla nos demandaba gran parte del tiempo, pero todos colaboraron maravillosamente con esa actividad.
Realmente disfruté de la compañía amena de esos muchachos.
Hicimos algunas prácticas de trampa y alguna que otra cosa, pero básicamente fuimos a despejarnos del trajín de la vida diaria.
Hasta la próxima publicación!
VIKINGO
La
Muerte está tan segura de vencer,
Que
nos da toda una vida de ventaja.