Aparte de charla amena regada con cerveza, Alfredo quería mostrarme algo que estuvo haciendo.
El ama darle forma a las cosas y si estas son de metal... ¡Pues a su juego lo llamaron!
Trabajó sin usar ningún patrón, solo haciendo lo que tenía ganas de hacer y recordando en su mente alguna foto que vio por ahí.
Sin mas rodeo... ¡Miren que belleza!
Una vez mas lamento no haber tenido la cámara fotográfica a mano para hacer justicia a tan lindo trabajo. Acá va un segundo tomahawk mas grande. Y me parece que ya tiene nuevo dueño.
VIKINGO
La
Muerte está tan segura de vencer,
Que
nos da toda una vida de ventaja.
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