Y fue así que mi gran amigo Pedro, su hijo Joaquín y su sobrino Francisco compartieron un poco de naturaleza en una salida de pesca sin captura alguna, pero la pasamos bárbaro igual.
Estos son los locos por el verde, la buena comida y la pesca
El agua había desbordado bastante sobre el campo
Y como no podíamos lanzar las líneas de pesca entre tanto ramaje, me entretuve configurando un refugio de verano.
Mientras yo jugaba, mis amigos se encargaron del asado
Y estaba riquísimo
Hoy La Chancha se quedó en casa y por los caminos polvorientos me llevó La Petisa.
Y esta polizonte en mi mochila me susurra que tengo suerte de tener amigos como Pedro.
VIKINGO
La
Muerte está tan segura de vencer,
Que
nos da toda una vida de ventaja.
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