Hace un buen tiempo una amigo, Nicolás; me regaló unos clavos de vía que había juntado en los alrededores de la estación de Mercedes.
Los clavos durmieron en mi galpón esperando a que haga el intento de forjar un cuchillo o un Tomahawk.
Alguna tarde pasamos con Pablo, otro amigo haciendo el agujero del tomahawk, pero la verdad es que entre otros trabajos y un accidente que me dejó fuera de la fragua un tiempo, todo quedó en veremos.
Visitando al reciente amigo Alfredo, herrero consumado. Le prometí llevarle uno de esos clavos y le mostré algunas imágenes de trabajos realizados por otros artistas.
Ahí nomás ni lerdo ni perezoso se puso a trabajar.
Por Thor y todos los Dioses!!! Creo que encontré a mi maestro armero.
VIKINGO
La
Muerte está tan segura de vencer,
Que
nos da toda una vida de ventaja.